Sombras del destino

bueno espero que esto les agrade n.n

-Prepárate para morir, Musa ingenua- Aquella voz tenía el odio impregnado en cada sonido que pronunciaba, curvó sus labios para hacer aparecer una sonrisa cínica mirando con desprecio a la guerrera que en aquellos momentos intentaba ponerse de pie después de recibir un golpe a traición por parte él. - ¡Llamarada de Lanzas!



Un sinfín de lanzas rodeadas cada una con fuego se abalanzaron sobre la guerrera que solo atinó a cerrar los ojos esperando lo peor, sin embargo, ese momento nunca sucedió y en cambio pudo escuchar una voz sumamente familiar desprendiendo todo su cosmos en el ataque que efectuaba.



-¡Ejecución Aurora!- Abrió los ojos descubriendo que Camus se había interpuesto entre su enemigo y ella para interceptar el ataque de Prometeo, haciendo que ambas energías chocaran entre sí.



Después de un par de segundos las lanzas de Prometeo parecían tener ventaja sobre la Ejecución Aurora. Camus tenía su cuerpo cubierto de heridas que parecían superficiales, pero su armadura ya comenzaba a relucir los estragos de las batallas.



Melpómene se puso de pie y comenzó a elevar su cosmos rodeándola a ella un aura de color morado, llegando a negro. Su cuerpo dejaba ver heridas más profundas que las de Camus y por cada una de ellas la sangre brotaba lentamente.



Extendió ambos brazos y en las palmas de sus manos comenzó a formarse dos bolas de energía de un intenso color negro. Corrió hacia Prometeo y tras estar lo suficientemente cerca de él las lanzó dándole directo en su pecho; el Guerrero no pudo hacer nada por esquivarlas ya que su concentración se encontraba en la Ejecución Aurora que Camus le arrojaba al lado opuesto de él.



Ambos ataques juntos lazaron a Prometeo contra un pilar que se destrozó al momento de ser golpeado por el cuerpo inconsciente del Guerrero de las Llamas.



Melpómene dirigió entonces su mirada a aquel frío Caballero Dorado acercándose a él -¡¿Qué demonios haces aquí?!- preguntó la chica con la duda en su mirada.



-¿Acaso no es obvio?- dijo Camus de la manera más fría y despectiva que podía sin siquiera mirarla.



Melpómene frunció el ceño y se cruzó de brazos –Puedo cuidarme sola, no necesito de TU ayuda, además ésta ni siquiera es su batalla, es la nuestra.



-Claro, supongo que no la necesitas y no la necesitabas cuando Prometeo trató de aniquilarte- Camus la miró y descubrió que ella trataba de controlar la cólera que se notaba en su mirada.



-¿Dónde están los demás?- Melpómene fingió no haber escuchado el comentario y buscó con la mirada a sus compañeros, pero no había nada, solo ruinas por todos lados.



-Ayudando a…- Camus se quedó callado y al instante se puso en una posición defensiva al mismo tiempo que Melpómene. Ambos habían sentido más de veinte cosmos hostiles y agresivos que se acercaban hacia ellos y en cuestión de segundos aparecieron rodeándolos en todas direcciones los Guerreros de las Llamas, quienes comenzaron a atacarlos sin piedad al momento de su llegada.



Camus y Melpómene se colocaron espalda con espalda, protegiéndose mutuamente y atacando a todos los que intentaban matarlos a ambos. Pasaron los minutos y en lugar de disminuir el número de Guerreros de las bandas enemigas, se había duplicado.



En un descuido un Guerrero de cabellos verdes y ojos que reflejaban la obsesión por la sangre atacó a Camus con una gran bola de Fuego que no logró esquivar por completo y solo afectó a su pierna derecha, pero al caer del salto que había dado, su pierna flaqueó haciendo que quedara de rodillas.



Prometeo se había levantado del aquel ataque y ahora caminaba débilmente hacia Camus con sus ojos llenos de cólera y su cosmos encendido al máximo. Melpómene se dio cuenta de este suceso y se apresuró para proteger a Camus que ahora era atacado por tres caballeros más y no había puesto atención en que Prometeo se dirigía hacia él.



En las manos de la Musa se formaron nuevamente aquellos círculos de energía que anteriormente le había lanzado a Prometeo mientras corría a interceptarlo -¡Esferas de Sombra!- gritó por demás furiosa impactándole ambas esferas en el pecho a Prometeo pero que sin embargo se habían desintegrado sin causarle mayores heridas que unas cuantas grietas en el brillante rojo sangre de su Armadura de Fuego.



Prometeo la miró desafiante y tras dar un salto hacia atrás invocó su poder -¡Llamarada de lanzas!



Al escuchar su áspera voz, Camus giró para encontrar con su mirada a la Musa de La Tragedia esquivando con gran facilidad cada una de las lanzas impregnadas de Fuego que le eran lanzadas por un colérico Prometeo.



-¡Polvo de Diamantes!- Exclamó el Caballero de los Hielos concentrándose nuevamente en su batalla con la convicción de que su aliada no tenía problemas con su contrincante. Frente a él un Guerrero de cabellos blancos y aspecto sínico trató de golpearlo con una patada al rostro, pero Camus sujetó su tobillo a escasos centímetros de su rostro con la mano derecha y, tras haberlo hecho, acumuló su cosmos dorado en la palma de su mano, haciendo que poco a poco se congelara por completo la pierna de su atacante. Camus lo soltó y él Guerrero cayó al suelo.



Melpómene logró llegar junto a Prometeo, donde comenzó a lanzarle golpes sin tregua alguna, lo cual se le dificultaba al comandante de Hefestos y más de uno terminó por darle directo a él.



Prometeo fastidiado de estar en esa situación elevó su cosmos haciendo que su armadura ardiera al rojo vivo y dejando que los golpes de la joven se impactaran en ella, quien al mínimo roce con su piel, sintió un ardor terrible por la quemadura. La musa dio un salto hacia atrás, alejándose de su contrincante y mirándolo con desdén.



-Jajaja. Vamos, sígueme atacando… ¿O es que acaso le temes a una pequeña quemadura?- rió Prometeo con la voz impregnada de orgullo al ver que la Musa había retrocedido unos cuantos pasos más, pero pronto la sonrisa se le borró del rostro al ver el temible poder que Melpómene estaba alcanzando.



La joven extendió sus brazos y un brillo especial se adueñó de sus hermosos ojos azules mientras que su armadura resplandecía como el vació de la noche más oscura. Dio nuevamente un gran salto y se colocó sobre uno de los pocos pilares que se hallaban de pie todavía. Una máscara de teatro con la sonrisa invertida apareció en su mano derecha y le dirigió una sonrisa de odio a Prometeo agregando con una voz suave y fría:



-¿Y tú? ¿Le temes a una pequeña quemadura?- Fue entonces que la Musa de la Tragedia se cubrió el rostro con aquella máscara y una especie de humo negro se formó alrededor de los pies de la joven, comenzando a recorrer y llenar el suelo del campo de batalla.



-¡Espectáculo de Marionetas!- susurró y de un momento a otro todos los Guerreros de las Llamas, que se hallaban en el lugar, quedaron por completo inmóviles a excepción de Prometeo y de Camus quien ahora le miraban sin comprender lo que sucedía.



El Caballero Dorado desvió su mirada de ella y la posó en los Guerreros, descubriendo que ahora sus ojos parecían dos aberturas negras y sin vida, sin importar el color que anteriormente poseían. –Maten a Prometeo.- ordenó mientras la brisa del viento hacía ondear débilmente sus negros cabellos.



Prometeo rió sínicamente ocultando a la perfección el pánico que se había apoderado de él.- Chiquilla tonta ¿Acaso crees que mis súbditos te harán caso?- extendió una mano al frente haciendo que la mayor parte de su cosmos se reuniera en sus dedos apuntando con ellos a Melpómene y con una voz grave y llena de aborrecimiento pronunció el nombre de su ataque más letal:



-Sacrificio de Sangre



De sus dedos salieron hilos delgados llenos de llamas que atraparon a la Musa de la Tragedia envolviéndola por completo en un agarre que le impedía moverse y haciendo quemaduras en donde se sujetaba el hilo. La presión era tan fuerte que no le permitía respirar y poco a poco a través de los hilos, la sangre de la chica se desplazaba hacia el cuerpo de Prometeo.



-¡Melpómene!- gritó con desesperación mientras el miedo cubría por completo sus ojos azules. Era la primera vez que sentía pavor en alguna de sus batallas, pero el pensar que ya no la volvería a ver, simplemente le aterraba. No sabía cuando ni como había llegado tan lejos con sus sentimientos, pero lo que si sabía era que no quería verla en sus brazos cubierta de sangre y sin escuchar los latidos de su corazón una vez más.



Corrió hacia Prometeo, pero este al ver que se aproximaba estiró su brazo izquierdo y los mismos lazos que sujetaban a Melpómene, sujetaron a Camus.



-CA-CAMUS…- La visión de Melpómene empezaba a fallarle haciéndole ver borroso y cada vez los hilos aumentaban la presión que ejercían. A la mente de la Musa empezaron a llegarle imágenes en desorden, cada una de ellas en diferente situación pero que todas llegaban al mismo destino… Ella erguida en el Templo Principal del Santuario de Athena, manchado su cuerpo totalmente de sangre al igual que el suelo por donde caminaba y un deseo incesante de muerte se desprendía de su interior obligándola a matar a quien se interpusiese en su camino. Pero lo que más le perturbó fue la imagen que siguió a la anterior, donde cada unos de los Caballeros de Athena y las Musas de Mnemosine permanecían inertes y completamente ensangrentados a los pies del cuerpo de ambas Diosas. Sin embargo su expresión permanecía serena enarcando una sonrisa cínica, pareciendo disfrutar de la escena que presenciaba “Eso es todo lo que merecían” Pronunció aun sin creer que esa petulante e infantil voz saliera de sus propios labios. Unos aplausos lentos hicieron que volteara hacia la entrada, descubriendo ahí al deformado Hefestos. “Felicidades, has logrado matar a cada uno de tus “amigos” y… sin ningún rasguño”…



-Patético- rió Prometeo sacando a Melpómene de sus divagaciones, mientras miraba el sufrimiento de ambos aliados.



Los Guerreros de las Llamas se giraron todos hacia donde se encontraba su comandante y como si fueran marionetas sin vida atacaron ferozmente a Prometeo, quien por protegerse de sus “aliados” perdió la concentración en su ataque aflojando los hilos que les sujetaban a ambos.



-Libérennos- ordenó Melpómene de una forma imperturbable por el dolor y de inmediato, dos de los Guerreros formaron una espada de Fuego que deshizo los hilos. Camus cayó de rodillas al suelo, respirando agitadamente y con todo el cuerpo temblándole por el dolor que se extendía a cada parte de su ser. Melpómene, sin embargo, pudo sostenerse de pie; miró por unos instantes al Caballero de Acuario y después de asegurarse que se encontraba bien, volvió a encender su cosmos mirando a Prometeo luchar por su vida.



-Dejen de jugar y acaben con él- exclamó mientras que todos los Guerreros atacaban al mismo tiempo a Prometeo.



Camus miraba asombrado la escena ¿Cómo era posible que obedecieran a Melpómene?; Gritos desgarradores retumbaron en la escena frente a ellos mientras la vida de de Prometeo se extinguía por completo. Melpómene solo observó y después de unos pocos segundos, su cosmos disminuyó, casi por completo, haciendo que los Guerreros de las Llamas se desplomaran en el suelo.



Con su mano izquierda se quitó la máscara que cubría su rostro y en un fugaz instante, en sus ojos se notó una inmensa sed de Sangre que no pasó desapercibida por el Caballero Dorado de Acuario.



La joven caminó hacia Camus y con cada paso que daba las piedras bajo sus pies producían un sonoro crujido. Se agachó junto a él y le tendió una mano para ayudarlo a ponerse de pie, pero él no la aceptó y con mucho esfuerzo logró hacerlo él solo, ya que el dolor aún continuaba presente.



-¿Qué fue ese ataque?- la miró con desconcierto pero no obtuvo ninguna respuesta, ella se encontraba alejada de la realidad, o por lo menos eso parecía. –Melpómene- susurró Camus posando su mano en el hombro de la chica, quien con el tacto del caballero pareció despertar del trance.



-Espectáculo de Marionetas, con ese ataque puedo controlar el alma y el cuerpo de quien yo desee, pero al terminar el “espectáculo” no hay forma de que sobreviva, así que muere.- su voz era distinta, llena de odio, temor, confusión. ¿Qué era lo que le ocurría?

Cuando la luna llena se colocó en lo más alto del oscuro cielo dejó ver la silueta de una Diosa y la de sus nueve acompañantes, cuya presencia invadió al Santuario de Athena con unas extrañas y desconocidas sensaciones para los Doce Caballeros Dorados. En definitiva, no era una noche cualquiera…

*…Tres semanas atrás…*

Shaka de Virgo se encontraba meditando en su flor de loto como en cualquier día ordinario, intentando mantener sus ojos de un azul intenso completamente cerrados. Y aunque era una disciplina que había dominado por completo, el joven de cabello rubio no podía disfrutar de la belleza del arte plástico o la de un buen libro, dándole cierta curiosidad hacia ello.

Sintió de pronto un helado cosmos entrar a la casa de virgo -¿Eres tú, Camus?- dijo, aunque para él era más que obvio que se trataba de él Caballero de Acuario ya que, solo él, despedía un cosmos tan frio e indiferente tanto como poderoso.

-Como si no lo supieras- respondió Camus indiferente. Siempre un sarcástico solitario de melena azul metálico, no era alguien de fácil trato y nunca hacia caso a cualquier impulso o demostraba alguna emoción- Vamos, Athena nos llama. Los demás ya están yendo para allá.

Shaka se levanto sin decir nada, no sabía cómo tratar a él Caballero de Acuario. Siempre se veía frustrado al intentar hacer una conversación y Camus, por otro lado, no le daba la menor importancia a nada… “es mejor jamás sentir el amar y el ser amado, apartar esos sentimientos y llegar a la absoluta indiferencia. Así el dolor y el sufrimiento jamás nublaran el juicio del indiferente” Le había escuchado decir alguna vez.

Ambos recorrieron las 6 casas restantes. Ya estaban acostumbrados a subir esa cantidad de escaleras; Shaka sobre todo, debido a que Camus se hallaba más cerca de la cámara del Patriarca.

Minutos después por fin había llegado a su destino donde se encontraba Athena sentada en un trono junto al Patriarca y arrodillados se encontraban los demás Caballeros Dorados. Inmediatamente Camus y Shaka adoptaron la misma pose.

-He venido a darles un anuncio de gran importancia- habló con voz solemne el Gran Patriarca Shion de Aries, quien ya había recuperado su juventud luego de la batalla contra Hades. Sus ojos violetas se postraron en los Doce Caballeros Dorados quienes al escuchar esto levantaron sus miradas mostrando lo extrañados que se encontraban.

No era normal que el Patriarca los llamara solamente a ellos y en todo caso la reunión se hubiera dado en el Coliseo, con todos los caballeros presentes.

Shion les dirigió una mirada que indicaba ya conocer sus dudas y continuó hablando -Dentro de tres semanas recibiremos la visita de unas invitadas muy especiales- Todos se miraron confundidos. A las preguntas que se habían hecho anteriormente ahora se le unían unas nuevas llenas de curiosidad.

-Gran patriarca- habló Milo de Escorpio quien ya no soportaba más el suspenso- ¿Por qué nos ha llamado solo a nosotros? ¿Acaso se trata de enemigas?

-Sabía que no resistirías la curiosidad- dijo Shion con un aire que indicaba saber el cómo reaccionaría cada uno de sus Caballeros- Se trata de las Guerreras de la Diosa Mnemosine, las Musas, Mnemosine viene de visita para discutir unos asuntos con Athena así que se quedaran por un tiempo.

-Gran patriarca ¿A qué se refiere?- dijo Mu extrañado por el hecho de que Mnemosine quisiera hablar con Athena.

-Me refiero– dijo Shion con un tono serio- A que mientras ellas estén, Nueve de nosotros deberán compartir sus casas con ellas. Esto será realizado al azar.

Shion tomó una pequeña olla dorada donde dentro había 14 papeles doblados. Hizo que los Caballeros Dorados tomaran uno quedándose él con el último de todos.

-El nombre que está escrito ahí- dijo Shion- es el de la Musa con quien deberán compartir la casa correspondiente, si el papel esta en blanco significa que no tendrán que compartir la casa. Una vez sabido el nombre de la guerrera deberán decírselo a Athena, ella los irá anotando.

Shion fue el primero en descubrir el nombre de la chica con la cual tendría que compartir su cámara. El no deseaba tener que compartirla, después de todo, ¿Acaso no era el Gran Patriarca? ¿Por qué tendría que pasar las próximas semanas con una mujer que ni conocía? Dio un suspiro. El únicamente hacia parte de tal acción por órdenes de Athena.

Los siguientes en acercarse a la lista fueron Milo y Shura quienes mostraron a Athena los nombres que estaban escritos en el papel. Siguiéndoles Saga, Mu, Aiorios, Camus y Shaka.

-Pueden retirarse si es que no les ha tocado una compañera- anunció Saori – cuando Kanon llegue yo misma le haré saber el nombre de la Musa.

Todos aquellos que no se habían acercado a la Diosa para entregar el resultado del sorteo se retiraron a sus actividades normales con gran alivio por no tener que compartir sus casas con desconocidas.

-Bien, entonces Kanon se quedara con Urania- afirmó Shion a Athena para después dirigirse hacia los Santos- les explicaré claramente lo que va a ocurrir. Dentro de tres semanas llegarán Mnemosine y sus guerreras al Santuario, nosotros seremos los responsables de hacer que ellas se sientan cómodas dentro de su estancia en Grecia, no dejen que tengan una mala impresión acerca de nosotros ya que puede ocasionar problemas en nuestras relaciones como aliados. Cuando ellas lleguen, deberán guiarlas hasta sus respectivas casas y ayudarles a instalarse. ¿Alguna pregunta?- Todos los presentes negaron con la cabeza, así que continuó.- Eso es todo pueden retirarse.

Los siete Caballeros salieron del Templo y acordaron reunirse en la casa de Escorpio. El trayecto fue silencioso ya que todos se encontraban pensando en sus próximas visitantes.

-¿Qué les parece?- rompió con el silencio Milo- compartiremos las casas con unas Guerreras de Mnemosine. Eso no está nada mal pero bueno, solo quisiera saber cómo demonios son.

-Eso no lo sabremos hasta dentro de 3 semanas- comentó Saga.

-¿Con quién les ha tocado?- pregunto Mu luego de unos momentos.

-Con una mujer llamada Talía- dijo Shura- ¿A ustedes?

-Bueno la mía se llama Polimnia- respondió Aiorios quien estaba celoso de que su hermano no tendría que compartir su casa con nadie. Aunque por otra lado, eso fue lo mejor ya que él cachorrito tenía a Marín viviendo ahí. Rió para sí mismo imaginando como se hubiera puesto su cuñada si le hubiera tocado también a él – ja tal vez llegue a agradarme. ¿La tuya Saga?

-Euterpe- respondió Saga no muy animado. Tenía un vago presentimiento de que su vida cambiaría con la llegada de la chica- y ¿la tuya Mu?

-Se llama Erato-se encogió de hombros y volteó a ver a Milo- ¿Qué Musa te ha tocado?

-Una tal Clío.- sonrió el Escorpión- Suena bien. ¿No?

-Vamos hombre, No querrás seducir a esta pobre muchachita, ¿Verdad?- bromeó Shura.

-Shura, me ofendes. ¿Por qué pensaría hacer eso?- Milo había puesto una cara de inocencia fingida- ¿No será que tú…?

-Cállate bicho…- respondió el Capricornio algo enfadado, odiaba cuando Milo le volteaba el asunto.- Buda ¿Quién es la afortunada?

-Calíope- respondió Shaka quien estaba un poco distraído por la inesperada noticia.

-¿Y la tuya Camuchis?- Milo le dio una palmada en la espalda.

-Melpómene-dijo Camus que no podía evitar cuando menos una pisca de interés- Definitivamente ellas vendrán por razones ajenas a las dichas.- Reflexionó el Santo de Acuario.

-Tal vez– dijo Aiorios- las visitas de los Dioses nunca son lo que parecen.

-Es cierto- afirmó Shura muy energético- como la vez que Afrodita vino a de visita.

-Jajaja se la vivió botaneando a Athena- dijo divertido Milo.

-De esos argumentos ni quien la salve– dijo entre risas Mu.

Todos echaron a reír ya que no podían evitar recordar la visita de la Diosa del Amor y de la Belleza.

-O aquella vez que vinieron Apolo y Artemisa- comentó Shura.

-¡Cierto! Tuvimos muchos problemas con sus “ángeles” –dijo Aiorios recuperándose de la risa- Claro, con excepción del hermano de mi cuñada. Ese no se dejo ver mucho.

-Desde mi casa solo escuchaba a Afrodita peleándose con el tal Odiseo por el baño- dijo Camus frunciendo el ceño-No me dejaban dormir y por poco los hubiera congelado de no ser por Kanon que los mandó a Alaska con su Triangulo Dorado ya harto de la situación.

-Jaja cuando Mu los teletrasportó de regreso estaban más azules que nada y aún así seguían peleándose.- rió Milo.

-Y eso que nos los viste cuando llegué a Alaska por ellos.- suspiró Mu.

-Kanon se convirtió en mi ídolo desde esa vez- comentó él Escorpión orgulloso.

-Sí, pero lo que le esperó después de esa. Shion y Athena parecían peor que Hades. Ni quién hubiera querido estar en sus zapatos entonces.- dijo Saga y todos asintieron.

-A mí ni que me digas, solo de pensar que tuve que lidiar con Teseo por dos semanas. ¡Casi me vuelvo loco!- dijo Aiorios molesto. Sus cabellos ondeaban por el fresco viento que había tocado la casa de escorpio –Solo espero que estas invitadas sean más corteses.

Todos asistieron y después de una agradable charla regresaron a sus respectivas casas.

Durante las tres siguientes semanas los caballeros dorados tuvieron que prepararse para las visitas que recibirían, y aunque ya habían tenido que hospedar a los Guerreros de los demás Dioses antes, era la primera vez que se trataba de mujeres; Así que debían dejar las casas lo más presentables posibles.

Mu compró un sofá cama para que su invitada se sintiese más cómoda; Saga se preocupó por comprar comida para cuatro personas ya que su hermano Kanon vendría para compartir la casa de Géminis por un tiempo.

Después de la batalla contra Hades, Kanon había quedado al servicio tanto de Athena como de Poseidón, por lo tanto un mes se quedaba a proteger el Templo Marino de Poseidón y el siguiente era otro de los guardianes de la casa de Géminis. Por otro lado Aiorios había guardado todos sus blancos de arquería para hacer espacio y colocar una segunda cama.

Shura había creado con Excalibur una cómoda bellamente detallada con flores. Shion intentaba hacer espacio en su recamara, la cual contaba con una amplia cama, por lo tanto decidió que pondría solo un sofá que poseía y lo colocaría cerca de la ventana. Así su invitada podría usar libremente la cama.

Camus por su parte no se preocupaba por aquello, lo único que hizo fue poner la cama de un armario que hacía tiempo tenía y que normalmente la sacaba cuando llegaba su pupilo de Japón.

Shaka solo hizo espacio en su armario ya que él generalmente dormía en su Flor de Loto o en un sofá color amarillo que poseía y Milo, bueno, el siempre tenía todo preparado para futuras visitas (no necesariamente oficiales).

Justo un día antes de la llegada de Mnemosine, Saga de Géminis se encontraba en su casa correspondiente, sumido en un libro llamado “La ley Multidimensional” cuando de rrepende alguien le arrebato el libro.

-¡Oye!- gritó, pero se detuvo al ver de quien se trataba- Kanon… creí que llegabas hasta ya entrada la noche.

-Pues no, quise darte una sorpresa, copia de segunda mano- bromeó Kanon quien aún vestía su Escama de Dragón Marino. A Saga no le gustó el comentario pero solo gruñó- ¿Cómo has estado Saga? ¿Me extrañaste?-pregunto en tono burlón aquel chico, disfrutaba de hacerle una o dos bromitas para animarlo un poco.

-Ja ¿tengo que responder?- dijo Saga devolviendo la broma con los ojos llenos de alegría por volver a ver a su hermano.

-Entonces es un sí- respondió, no iba a dejar que le voltearan las cosas.

-Muy bien, como quieras, pero recuerda el mensaje que te envié- dijo Saga para no seguir- necesito que vayas a preparando la instalación de la segunda invitada.

-¿Qué? ¿No la has hecho?- dijo Kanon sorprendido- ¿En estas tres semanas no lo has terminado?

-No- dijo Saga con una mano detrás de la cabeza- Es que solo me dio tiempo de preparar la de una.

Kanon suspiró restregándose el rostro y se dirigió a ver qué hacía falta para la “Señorita”. Respiró aliviado al ver que solo era el lugar de la ropa ya que Saga había colocado la cama hacia tiempo y también los sofás, así que se dispuso a hacer un lugar en su armario. Ambos habían quedado en que Saga se encargaría de Euterpe y Kanon de Urania.

Ya casi era la hora, el sol se había puesto y la noche empezaba a invadir el coliseo donde esperaban impacientes todos los Caballeros, desde los Dorados hasta los de Bronce. Shion se encontraba de pie sosteniendo la máscara del Patriarca que debía usar al lado de Athena que lo sujetaba del brazo.

Entonces cuando los últimos rayos del sol desaparecieron en el horizonte se sintieron los cosmos de nueve Guerreras y el de su Diosa.

La mujer que no poseía una armadura aparentaba unos 30 años de edad, iba vestida con una túnica que le llegaba poco más abajo de las rodillas, tenía el cabello de un color azul y su piel blanquecina combinaba perfecto con sus ojos de un azul cielo.

-Sea bienvenida Diosa Mnemosine- Habló Shion en forma solemne y todos los presentes hicieron una leve reverencia ante las mujeres- Y sus tan esperadas Guerreras.
-Es un honor estar frente a usted Diosa Athena y a tan honorables Caballeros- dijo la Diosa inclinando la cabeza en señal de respeto. Se giró y señaló a las Guerreras.- Ellas son las Nueve Musas, inspiradoras de los más ilustres poetas, artistas, músicos y escritores. El orgullo de mi orden.

Las mujeres a sus espaldas se arrodillaron de forma solemne por unos instantes y luego volvieron a ponerse de pie; Los caballeros no podían quitar su mirada de las hermosas jóvenes que se posaban con un porte de realeza frente a ellos. Simplemente mirarlas los llenaba de paz.

-Permítanme presentarles- pidió Mnemosine a lo cual Athena asintió con una sonrisa al ver la expresión de sus Santos– Ella es Calíope la Musa de la Poesía Épica, la líder y más poderosa de las Nueve.

Al ser nombrada la joven dio un paso al frente para que pudieran identificarla, y en seguida, las miradas se posaron en ella. Tenía el cabello rizado y de un hermoso color castaño que cubría toda su espalda hasta su cintura, sus ojos eran de un negro intenso y su piel blanca resaltaba sus labios rojizos.-Gusto en conocerlos. Athena, Caballeros.- saludó con una sonrisa en sus labios y con una voz suave y dulce.

-Ella es Melpómene- continuó la Diosa- Musa de la Tragedia y la segunda al mando.- Una joven de piel blanquecina, cabello negro que relucía hasta debajo de sus hombros, con un mechón al frente más corto que el resto y unos ojos del color del zafiro se colocó al lado derecho de Calíope.

-Espero que nuestra llegada no les haya importunado.- comentó con una voz fría y delicada. Un par de ojos la miró con intensidad y no pudo evitar dirigir su vista hacia ellos. Le extrañó demasiado que en esos ojos azules no hallara ningún sentimiento. Parecían fríos y sin vida.

-Por supuesto que no, señorita. Su visita es realmente grata para nosotros- dijo Shion y Melpómene desvió su mirada hacia él Patriarca asintiendo a su comentario.

-Las demás y no menos importantes son- continuó Mnemosine- Clío Musa de la Historia, Erato Musa de la Poesía Amorosa, Euterpe Musa de la Música, Polimnia Musa de la Poesía Sacra y de la Geometría, Talía Musa de la Comedia, Terpsícore Musa de la Danza y Urania la Musa de la Astrología- estas se colocaron a la altura de sus compañeras según las llamaron.

-Es un placer conocer a tales guerreras- dijo Shion- los Caballeros de Oro se encargaran de mantenerlas a gusto- señaló a los Santos Dorados y ellos asintieron- Por el momento quiero que todos vayan a descansar y mañana comiencen con sus labores. Athena necesita hablar con la Diosa Mnemosine y sus Guerreras. Los Caballeros que compartirán su casa con las Musas por favor diríjanse al Templo Principal.

Todos asintieron y tras una reverencia se dispersaron por la zona. Shaka, Camus, Mu, Milo, Saga, Kanon, Shura, y Aiorios subieron al Templo Principal escoltando a sus invitadas y a ambas Diosas. En el trayecto las únicas que conversaron fueron Athena y Mnemosine, explicándole la segunda detalles acerca del Templo de las Memorias.

Al llegar a su destino, Shion, Athena, Mnemosine y sus guerreras, entraron a una de las habitaciones para hablar en privado. Por lo que se quedaron solos los Santos Dorados.

-¡La que te llevaste Shaka!- exclamó Milo dándole una calurosa palmada en la espalda al Caballero de Virgo- ¡La líder de las nueve!

-Pues a ti tampoco te toco una mala- le respondió este quien no pudo ver a las Musas físicamente, solo definirlas por el cosmos que despedían

-Es cierto Milo- dijo Saga-Clío también era muy hermosa.

-La verdad, todas eran muy guapas- comentó Shura con una sonrisa de oreja a oreja.

-Además despedían un cosmos extraño pero agradable, de cierta forma amable y lleno de paz.- dijo Mu.

-Eso es algo desconcertante- dijo Kanon señalando la duda.

-Bueno es que los cosmos eran muy cálidos y a la vez muy frescos- dijo Mu que no tenía la menor idea de cómo expresarse.

-Bueno ya, total son aliadas ¿No?, ¿Qué importa si su cosmos es cómo es?- habló Milo encogiéndose de hombros-pero tú Camus te llevaste algo excelente. Melpómene es bellísima y es la segunda al mando.

-Supongo- dijo Camus, la chica que había visto le causó una impresión extraña que no sabía describir.

-Bueno el Patriarca Shion no se va a quedar a atrás- dijo burlón Kanon recordando la chica que se había presentado como Terpsícore.

Mientras tanto las Musas ya se habían retirado de la charla con él Patriarca y sus Diosas, y estaban de camino hacia donde los Santos se encontraban esperándolas, llevando en sus brazos su equipaje.

-Los Caballeros son tan guapos- comentó Erato. Una joven de cabellos rojos como el fuego y unos dulces ojos verdes; permanecía ligeramente sonrojada esperando que alguien dijera lo contrario.

-Es cierto- afirmó Clío quien era una chica rubia de ojos azules y un cuerpo perfectamente delineado por sus curvas- todos son unos bombones no importa con quien me toque.

-Ya basta. Recuerden que no estamos aquí para admirar a esos hombres- dijo con voz firme Melpómene- Y solo hemos venido por deseos de nuestra señora. Que vuestros sentimientos no se alteren de una simple amistad entre aliados.

-Amargada.- Clío infantilmente le sacó la lengua a su compañera.

-Es cierto Melpómene- dijo Calíope cuyos ojos mostraban una mirada que era de alguna forma bella y cálida y a la vez con un toque de frialdad- pero no por eso no pueden divertirse.

-¡Que viva Calíope!- rió Clío abrazándola por los hombros- por eso te quiero Comandanta.

-Basta Clío, la vas a asfixiar- dijo Talía. Una chica de cabellos rubios castaños, cortados en capas y de unos hermosos ojos rojos.

-Me muero por ir a divertirme, en Athenas debe de haber varios antros para bailar toda la noche–dijo Terpsícore con un dedo sobre sus labios. Era de cabellos plateados y lacios y de ojos muy grandes y grises. Ella generalmente era muy alegre - ¿Bailaras con nosotras Euterpe?

-No sé. Es que me da pena- respondió una joven de cabellos negros con leves tonos de azul y unos ojos de un lila que la hacían parecer muy tierna.

-No creo que podamos salir del Santuario y mucho menos a un antro- dijo Polimnia una chica de cabello color miel y ojos cafés claros.

-¿Por qué lo dices?- preguntó Clío haciendo un puchero.

-Porque se supone que debemos proteger a Mnemosine- respondió Polimnia- además lo primero sería instalarnos.

-Está bien por mí, lo que más deseo en estos momentos es estar dentro de la cama para poder dormir hasta mañana– dijo Urania reprimiendo un bostezo. Era una chica de cabellos negro azabache y de un leve ondulado, ojos azul oscuro y piel blanca-no necesito bailar para lucirme.

Las demás solo se limitaron a guardar silencio al ver que ya se encontraban frente a los Santos que las llevarían a sus respectivas casas.

-Es cierto- afirmó Clío quien era una chica rubia de ojos azules y un
cuerpo perfectamente delineado por sus curvas- todos son unos bombones
no importa con quien me toque.
wiiiiiiiiiiiiii soe hermosa y si em parezco a ella en su forma de ser,jujuju es peroq ue en verda me divierta con Milo xP
tu fic me encanta esta taaaaaaaaaaaaan bello y gracioso,weno todos me gustan eh!
im tu fan no.1
sigue asi Tsukihime

gracias Yuna y Rikku!! eso me alienta mucho Clio es un personaje inspirado en Yuna jejejejej bueno un nuevo capi aver si les gusta


¿Quién pensaría tal cosa? Un caballero que debía ser siempre sereno, se dejara llevar por sus sentimientos de esa forma… ¡impensable! Pero había algo en esa persona que no podía entender… algo distinto.


Al llegar a la cámara del patriarca las guerreras de Mnemosine se percataron de la presencia de los 9 caballeros, quienes callaron al notarlas. Sin embargo ellas se limitaron a sentarse en las maletas

¿Ya vieron al chico de la armadura de escorpio?- dijo Clío en voz baja con una sonrisa que mostraba claramente agrado- es muy guapo- colocando su rostro ligeramente sonrojado en sus manos.

-Tu siempre piensas en chicos- señalo Polimnia demostrando su incomodidad, siempre se fijaba de los gestos e inclinaciones ajenas, al principio era solo para las batallas, pero se avía vuelto un habito.

-Es que en verdad es lindo- se justifico Clío

Junto a ellas los caballeros dorados no se atrevían a decir nada, ya que su conversación anterior había tratado de las nuevas visitantes, ahora su conversación no parecía la más apropiada.

-¿Entonces esperaremos a Shion?-trato de romper el hielo Milo disimulando la conversación anterior.

-Supongo- dijo Shura -siguiéndole la corriente.- ¿creen que se tarde mas?

-Eso quisieran- se escucho la voz severa del gran patriarca Shion de Aries quien entro a la cámara iluminada magníficamente por su luz quitándose su yelmo. – muy bien señoritas- en un tono mas amable- les nombrare a sus nuevos compañeros

Shion fue emparejando a las musas con los caballeros.

-Espero señoritas,-pronuncio Shion tendiéndole la mano a Terpsícore- disfruten su estadía en el santuario de Athena

Saga ayudo a Euterpe con sus cosas, aunque ella cargaba con el estuche de un violín, saga la miro con detenimiento ella no decía nada, de hecho nunca hablo ni parecía querer hacerlo, ni siquiera miraba al caballero.

¿Por qué tan callada?-pregunto este

No, no es nada- respondió esta meneando la cabeza- perdona –dijo colocándose notablemente nerviosa.

-¿Ocurre algo?- volvió a preguntar el caballero al notar su estado

-No, lo siento - digo ella

-No te disculpes no haz hecho nada malo- dijo Saga negando con la cabeza la chica se sonrojo lo cual extraño mas a Saga, aun así, no hizo mas preguntas, para no a penarla, así siguieron asta la casa de géminis

Milo y Clío simplemente se sonrieron y se fueron del lugar tomados de la mano.

-¡Ya cállate!-grito Kanon a Urania quien ya lo traía harto con la conversación que tenia

-¡Cállate tu copia, barata!- le respondió ella dando un brusco giro. Kanon solo siguió el camino en silencio para no hacer que la molesta Urania dijera algo, arrojo las maletas violentamente a la habitación designada a Urania

-¡Buenas noches!- grito sarcástico este obteniendo una respuesta idéntica, nunca pensó que hubiera alguien así.

Erato estaba muy feliz con Mu, nunca había conocido a persona como el, era muy amable y tranquilo pero sentía que en cualquier momento podría cambiar a alguien que daría todo por defender a los suyos eso la calmaba por alguna razón.

-Ven no te quedes atrás- dijo gentilmente el caballero de Aries tomándola de la mano entonces pudo notar un leve sonrojo en la chica pero no dijo nada solo la condujo asta Aries

-Buenas noches- dijo ella amablemente

-Buenas noches a ti también- le respondió este soltando su mano suavemente

Polimnia charlaba con Aioros quien, por cierto, a veces no entendía lo que decía pero ella tenia suficiente paciencia para explicarle, a ella le agradaba explicarle al caballero sus dudas pero aun así le daba risa, a pesar de que temía que este las tomara como arrumaco de arrogancia

-Gracias por las explicaciones,- dijo Aioros a la musa- lamento ser tan ignorante

-Para nada- dijo ella- eres una persona muy atenta y además soy yo quien no se da a explicar - le sonrió y se despidió de el con una ademan muy refinado Aioros dio una leve reverencia para corresponder y se retiro.

Shura guio a Talía a la casa de capricornio, Talía no dejaba de sonreír

-Espero que te agrade la casa de capricornio- dijo Shura- te mostrare unas cómodas donde podrás acomodar tus pertenencias

-No debiste molestarte- le respondió esta sonriendo

-No es molestia, – dijo el- quiero que estés cómoda

Llegaron a la casa de capricornio y Shura acomodo las maletas de su invitada en su habitación

-Son hermosas- comento Talía al ver las cómodas- ¿Dónde las conseguiste?

-Las fabrique- dijo Shura alagado

-Me encantan gracias- le dijo con una sonrisa aun más dulce

Shura devolvió la sonrisa, le dio las buenas noches y se retiro para descansar

Camus se retiro con Melpómene los dos eran callados ninguno quiso decir nada al llegar a la casa de acuario Camus le enseño la habitación y la casa. A Melpómene no parecía importarle mucho, en realidad no le agradaba en lo más mínimo la idea de quedarse en un santuario distinto al de Mnemosine, aquel era el deseo de su diosa por tanto no lo iba a desobedecer.

- ¿Por qué la señora Mnemosine decidió venir al santuario de Athena?- pregunto Camus en un tono frio

-Dijo que debía hablar con Athena, –respondió Melpómene con desinterés- si me preguntas a mi creo que quiere vacaciones- siguió con un tono mas furioso y sarcástico

Camus no dijo nada solo se limito en irse a la cama y descansar Melpómene hizo exactamente lo miso, la musa de la tragedia no soportaba el hecho de quedarse ahí necesitaba estar sola

“que va- pensaba- si Mnemosine lo ordena no puedo desobedecer y mucho menos si Calíope no posee argumentos sólidos para irnos, bueno mañana nos darán órdenes mas exactas, después de todo mi trabajo es proteger a la diosa, pero no parece corre peligro aquí ¡demonios!”

Shaka estaba de camino a virgo con Calíope.

“¿Con Shaka de virgo?- pensaba Calíope- el lado positivo es, que no tengo que esperar a que salga de la habitación para cambiarme.”

Shaka al igual que los demás acomodo a su visitante en su casa

-¿Dónde dormirás tú? –pregunto ella en un tono suave

-En la recamara donde acostumbro a meditar– respondió este señalándole un muro aparentemente

-Bueno que descanses- le dijo la musa con un bostezo - nos vemos mañana

-Igualmente–le respondió Shaka quien se retiro a meditar

A la mañana siguiente las nueve musas se levantaron muy temprano para entrenar

-¿Cómo te fue anoche con…? ¿Milo cierto?- pregunto Polimnia esquivando un ataque de Clío tratando de devolverlo

-Me invito a salir-respondió ella protegiéndose con un escudo

-Valla no pierde el tiempo- dijo con ironía Melpómene- ¿A dónde?

-Dijo que era una sorpresa- contesto Clío volteando a ver a la musa de la tragedia

-Regresa antes de las once por favor- dijo su líder lanzando una flecha

-Pensé que no te agradaba que saliéramos cuando estamos de “misión” –– comento Terpsícore quien estaba sentada con Euterpe

-Es cierto pero no se los impediré,– respondió esta dejando a un lado el arco y las flechas para tomar una espada– además nuestra diosa nos da permiso pero nos pide que no lleguemos muy tarde. Diviértete.

Es muy raro que ella nos permita eso- opino Terpsícore- ¿no te parece Euterpe?

La musa asistió nerviosamente

-¿Y a ti que te pasa? – pregunto en un tono incivil Urania volteando a ver a Erato

Nada – dijo esta sonrojándose. Pensaba en la noche anterior y fantaseaba, ni siquiera se dio cuenta cuando Urania la toco con su arma

¡Despierta niña!- le dijo en un tono mas agresivo

-Es suficiente por hoy- dijo Calíope volteando a ver a las demás – será mejor que descansen un poco a medio día nos reuniremos con la señora Mnemosine. Es todo retírense.

Las musas obedecieron y se dispersaron por el lugar.

Melpómene se dirigía a la casa de acuario vestía con su armadura caminaba mirando al frente con un aire de duda y desconfianza fría como solo ella

-No debes caminar sola por el santuario–escucho ella se volteo para descubrir al caballero de acuario a sus espaldas quien le hablaba gélidamente - los guardias pueden confundirte con algún enemigo

-Puedo cuidarme sola- respondió ella en un tono poco Cortez volteándose para retirarse del sitio

-Como quieras – dijo Camus cerrando los ojos – pero no puedo dejarte andar sola por aquí, el patriarca no lo pasaría por alto

-Prefiero estar sola– dijo ella volteándose de nuevo para verlo

-Ya te he dicho que por mi esta bien– respondió Camus abriendo sus ojos azules– pero al igual que tu tengo un comandante a quien obedecer

Melpómene lo miro con rabia pero acepto, sabia lo que era tener que cumplir las órdenes de su dirigente inclusive si eso implicaba que parte del asunto se oponía.

Mientras tanto en casa de virgo Shaka meditaba su cosmos se extendía a lo largo de la sala gemela de virgo, el caballero ya hacia en una flor de loto, pronto escucho una voz, cantaba, no era la voz de buda con quien siempre hablaba, esta voz le era familiar pero no lograba reconocer de quien era. Fue a buscar el origen de esa canción, sin dejar notar su presencia, pronto reconoció el cosmos de la diva era… Calíope, la canción se hacia cada vez mas triste Shaka noto que al igual que la canción el cosmos de Calíope se volvía mas afligido, Shaka, se oprimía el pecho con la mano izquierda al escuchar aquella melodía, olvidándose por completo del rosario de su mano derecha el cual dejo caer por accidente deteniendo a Calíope

-¡¿Cómo te as atrevido a espiarme?!- grito montada en cólera mirando al caballero- esto un insulto muy grande- dijo saliendo de la habitación dirigiéndose a la salida, Shaka extendió el brazo tratando de detenerla para disculparse pero no pudo evitar su partida. No quiso seguirla para no enojarla aun más al notar que era una persona bastante voluble. Se escucho la música de un violín Shaka decidió que de alguna forma compensaría lo que había hecho, no deseaba dejar las cosas así, aunque no comprendía el porque Calíope se había enfurecido, porque su cosmos cambio tan bruscamente ni siquiera el porque había ido a buscarla o lo que sintió al escucharla, era la primera vez en años que se confundía tanto.

Calíope se encontraba en unas rocas que estaban a lado de virgo, estaba furiosa, la ira la consumía por dentro entonces escucho un violín

-Cuando parece que nada puede calmarme, tu música lo consigue Euterpe- dijo cerrando los ojos ya apaciguados

En géminis la música inundaba la sala principal de la casa Saga llevaba unos minutos escuchándola sin importarle que lo vieran pero la guerrera de la música tenia los ojos cerrados, se concentraba únicamente en su tonada, Saga escuchaba con suma atención la melodiosa canción la cual iba subiendo constantemente

¡Bravo!-grito aplaudiendo sin poder evitarlo, su música era hermosa

¡Perdón! Pensé que la casa estaba bacía – dijo la chica deteniéndose súbitamente , apenándose por la presencia del caballero

¿De que hablas?- le respondió este-no tienes de que disculparte, quien debe disculparse soy yo por interrumpir tu melodía, pero por favor continua

Es que me afrento- dijo ella sin mirar a Saga sonrojándose ligeramente

No te pongas así- pidió Saga tomándole una mano quitándole el arco del violín y acercándola a el-eres una maravilla

Euterpe se puso colosalmente roja no quiso mirar a Saga, ningún hombre le había hablado así antes.

Esta bien-dijo con un tono muy inseguro Saga se separo de ella y le entrego el arco Euterpe empezó de nuevo su canción un poco nerviosa pero eso no afecto la melodía.

Mu se encontraba hablando con Erato ambos platicaban muy alegremente.

Mu, ¿te gusta leer?-pregunto Erato sonriendo

Si es algo que hago constantemente- respondió este

-¿En serio?- cuestiono ella muy sorprendida por su respuesta, no conocía a ningún chico que le gustara hacerlo

- Si, toda clase de libros y ¿a ti?

- A mi también

- ¿Cómo cuales?

- Pues principalmente del romanticismo pero igual adoro los libros de Platón

- Igual que a mi.

- Eso es excelente.

- ¿Cuál es tu favorito?

- Pues creo que seria “la dama de las Camelias”.

- Esa me gusta mucho pero creo que yo prefiero “Orgullo y Perjuicio “claro, si hablamos del romanticismo .

Talía observaba a Shura quien entrenaba con excalibur en casa de capricornio

-“valla es muy bueno –pensaba- aunque no veo con que corta las cosas tal vez sean cosas de caballeros, seria genial verlo pelear con un oponente”

-Shura- lo llamo amablemente

¿Qué ocurre?- pregunto este volteando a ver a Talía, acercándose a ella

-Quisiera preguntarte…

-¿Qué cosa?

-¿Cómo cortas todas esas cosas? Nunca e visto una espada en tus manos

-pues veras al caballero mas fiel a Athena se le entrega la espada excalibur

- es muy interesante

-bueno ¿me hablarías de las musas?

-con gusto- dijo con una sonrisa- bien veras las 9 musas, como ya sabes, somos las 9 guerreras de la diosa Mnemosine. Somos las representantes de las artes que preservan las culturas y estamos relacionadas directamente con nuestras respectivas artes.

-valla eso me parece llamativo- comento Shura

-¿lo crees?

-por supuesto

- me parece extraño que me pregunte a mi eso, usualmente se lo preguntan a Calíope o a Melpómene o en todo caso a Polimnia –dijo entre risas

Shion estaba preocupado, veía muy desanimada a Terpsícore se había percatado de que eso no era normal en ella lo tenia preocupado se acerco donde ella estaba sentada

-¿Le sucede algo señorita?-pregunto el gran patriarca en un tono suave lleno de preocupación

-No- dijo ella con la cabeza baja

-Eso no me convence señorita- comento el patriarca poniéndose a su nivel y haciendo que lo mirara al rostro

-Bueno, es que estoy muy aburrida-le respondió ella

-¿Y que desea hacer?-pregunto el levantándose

-Pues me encantaría bailar- dijo ella levantando su rostro- pero es algo inapropiado… ¿me acompañaría a dar un paseo?

-Desde luego-respondió Shion tendiéndole la mano

-Gran patriarca- dijo ella algo tímida- ¿puedo pedirle un favor?

-Por supuesto- respondió el mirándola sorprendido

-¿Podría usted llamarme por mi nombre?, es que no estoy muy acostumbrada además a las únicas que a veces les llaman “señoritas” son a Calíope y Melpómene para mi es extraño- pidió levantándose

-Esta bien, Terpsícore,- dijo el- bueno es natural ellas son las lideres

-Es cierto, gracias -afirmo Terpsícore dirigiéndose a la salida guiada por Shion

Todos parecían llevase bien, a excepción de Kanon y Urania quienes no dejaban de pelear

-Adelante no te atreverías-dijo Urania desafiante

Claro que lo hare-respondió Kanon encendiendo su cosmos-no creas que te tendré compasión ¡explosión de galaxia!- extendió las manos y al principio pareció que avía atrapado a Urania pero para su sorpresa esta lo había esquivado

Es mi turno- grito ella-Astro noc…

Detente ahora mismo,- ordenaron las voces de Calíope y Melpómene quienes estaban en compañía de las otras Musas y los caballeros dorados- es suficiente Urania

Kanon ¿Cómo te atreves a usar una técnica tan peligrosa en una invitada?- hablo Shion con una voz llena de severidad y furia que inclusive asustaba a Terpsícore

Kanon no se atrevió a mirar al patriarca, solo podía esperar un gran castigo por su insolencia.

Urania, luego discutiremos tu penitencia – dijo Calíope-por el momento solo retírate

Urania tenía la cabeza baja y quería dar una explicación que no poseía, era solo que Kanon la exasperaba.

Kanon se retiro con Saga

-Maltita sea- dijo a Saga- esa mocosa esquivo la explosión de galaxia

-No actúes así-le respondió colocando una mano en su hombro- ¿Qué fue lo que paso?

-Esa chiquilla inicio todo,- le indicó furioso- yo simplemente me fui a entrenar como de costumbre, cuando ella llego y empezó a provocarme

Saga guardo silencio puesto que sabía que continuar provocaría a su hermano

Polimnia estaba con Aioros cuando esto tuvo lugar ella avía quedado aterrorizada a había corrido lo mas rápido que pudo cuando sintió que su amiga era atacada, de hecho todas habían echo exactamente lo mismo (con excepción de Calíope y Melpómene que pueden usar levemente la telepatía y Terpsícore que hacia llegado con Shion)

-Oye estas muy pálida- observo Aioros

-¿Si?,- cuestiono ella- me asuste cuando sentí que atacaban a Urania y ahora será sancionada por Calíope y Melpómene

-¿Eso a que se debe?- pregunto Aioros

A que las musas no disfrutamos de la violencia,- dijo ella deteniéndose un momento- no debemos atacar a menos que sea totalmente necesario o en todo caso durante el entrenamiento

Me parece una buena política-dijo Aioros deteniéndose también- también Kanon saldrá pagando por haberla atacado primero

-Yo solo espero que el castigo de Urania no sea muy fuerte- afirmo Polimnia- después de todo lo que hizo es grave y no lo pasaran por alto

-No debes preocuparte por eso- dijo Aioros tomándola de los hombros- después de todo me da la impresión de que sus comandantes son muy compasivas

-Eso es cierto- afirmo Polimnia- pero aun así ellas tienen el deber de guiarnos así que muchas veces deben ser duras. Tal vez esto sea según lo delinee la señora

Esperemos- quiso esperanzarla, la soltó de los hombros y siguieron caminando.

Ella noto que las sombras indicaban al medio día

-Debo irme,- indico- la señora Mnemosine nos espera, nos vemos – dijo despidiéndose con la mano esperaría las órdenes de su señora



Continuará…

Las nueve musas se habían reunido en el coliseo del santuario, las 9 esperaban la llegada de su diosa, Urania estaba tensa por su penitencia no deseaba saber que seria. Justo en el momento en que las sombras desaparecieron, dando así el medio día, la diosa Mnemosine hiso su aparición que como siempre era puntual y muy oportuna.

- Buenos días mis queridas musas.- dijo con voz virtuosa, las musas dieron una reverencia- Me parece que ha habido ciertos acontecimientos, Calíope, Melpómene infórmenme.

- Vera usted mi señora- empezó Calíope- sentimos un el cosmos agresivo de un caballero y una de nosotras.

- A sido Urania mi señora y el segundo caballero de la casa de géminis- siguió Melpómene un poco mas severa que Calíope- ella hizo uso de su técnica “astro nocturno” señora.

- Ya veo- dijo tranquila Mnemosine- bueno me parece que tu penitencia seria…- Urania cerro los ojos para saber que castigo recibiría- me parece lo mas razonable el tener que estar con ese caballero por el resto de tu estancia

- ¡¿Qué?!- alcanzo a decir la condenada- No por favor o ¿acaso quieren que vuelva a soltar mis humos?

- Me parece un castigo justo- le contesto la diosa muy calmada- tú y el caballero hicieron el crimen y ahora recibirán su castigo, juntos. Además tal vez así obtengas algo de humildad.

Urania se quedo callada pero molesta, no miro de nuevo a Mnemosine.

-Muy bien- exclamo la soberana de las memorias- pasando a otras cosas, seguramente se preguntaran con respecto a las ordenes… – las musas permanecieron en silencio esperando una respuesta- la orden es diviértanse y no se descuiden, cualquier cosa que llegara a pasar deben reportarse inmediatamente con Calíope o Melpómene. Por el momento es todo musas, fin del espectáculo.- esta frase “fin del espectáculo” era la que indicaba que no habría mas ordenes ni misiones por el momento, luego de esto la señora se retiro.

Las musas regresaron muy consternadas a las casas correspondientes, todas menos las dos lideresas.

¿Qué ocurre?- pregunto la mas poderosa.

-Pues en realidad, en mi casa no puedo estar totalmente sola- respondió la dama de la tragedia - Camus siempre esta leyendo haya, además que no puede dejarme andar sola por ahí. Y ¿a ti? – Melpómene avía notado un drástico cambio de humor en su amiga por lo que le pregunto abiertamente-

- Digamos que no me la estoy llevando bien con Shaka- respondió esta con un tono tranquilo y furioso a la vez- esta mañana lo descubrí espiándome- esto ultimo lo dijo furiosa, Melpómene cerro los ojos sabia que no le agradaba que la espiaran y no había caso intentar convencerla de lo contrario.

- Y ¿Qué hacías?- cuestiono la musa de la tragedia sentándose en una roca

- Cantaba- respondió la de la poesía épica imitando la acción

- Me parece que exageras.

- No, cantaba… tu sabes.

- Aun así.

- Bueno y ¿no te parece que deberías convivir un poco con Camus? Podrían llegar a agradarse- dijo la muchacha de cabellos rizados cambiando de tema

- Lo intentare- respondió la peli negra suspirando, que deseaba evitar un sermón - pero tu cálmate por favor, puedes provocar gran terror con tu furia.

- Créeme me encantaría no poder decirte lo mismo.

- ¿Eso es sarcasmo?

- Aja

De cabellos negros se quedo callada mirando con una ligera furia dirigida a la de la poesía épica sin embargo no se atrevió a demostrarla, no quería tener problemas con ella, era su mejor amiga desde que se conocieron en el santuario de Mnemosine.

- Melpómene, hagamos un pacto- propuso de repente Calíope,

- ¿Que clase de pacto?- pregunto la chica con poco interés.

- Prométeme que intentaras estar con nosotras, a decir verdad, a mi me gustaría mucho- le contesto con una gran sonrisa.

- De acuerdo- acepto- pero tú promete que harás lo posible por controlar tus humos.

- Eso será complicado- cuestiono la comándate- pero esta bien.

Las dos amigas se dieron la mano y se retiraron.

Erato llego a la casa de Aries, estaba de lo mas extrañada, las ordenes de la Señora Mnemosine la habían dejado confundida. Mu ya había notado esto, noto los pocos ánimos que esta tenia.

- ¿Qué fue lo que ocurrió?- le pregunto preocupado

- No ha sido nada, es solo que…- ella no sabia ni que decirle, no estaba en sus casillas- la señora Mnemosine, me dejo muy confundida- dijo reaccionando, tratando de componer el tiempo que había perdido, tuvo la impulsión de correr a su cuarto, pero sus piernas no respondieron

- Tranquila,- escucho decir a el caballero, quien sin darse ella cuenta la abrazo con gran calidez - es normal a veces mi maestro también es así, no te desanimes.

- Gracias Mu, es solo que estoy preocupada, nunca la había visto así

Mu hablo un tiempo con ella, le conto muchas cosas con respecto a su vida, inclusive le pidió que le hablara mas de las musas pero ella se negó, el lo sabría en su momento.

-Mu- lo llamo ella- ¿Cómo son tus padres?-pregunto algo tímida la musa

- No se, nunca los conocí- respondió el con tranquilidad

-Perdona, no tenia idea- pidió esta ocultando su rostro de el.

- no tienes de que preocuparte- le respondió el, haciendo que Erato lo mirara a los ojos- nunca me he sentido mal por eso.- hicieron una leve pausa, Mu sabia que ella se sentía mal por su pregunta- y ¿ como son los tuyos?

- pues, ellos murieron en un accidente, cuando yo era muy pequeña.- le respondió ella, Mu se quedo perplejo, avía intentado animarla y esto había fracasado- En seguida fui adoptada por la señora Mnemosine, ella es como una madre para mi y para todas.

- Ese es mi caso con mi maestro- dijo mu cerrando los ojos con suavidad.

Mientras tanto Polimnia leía un libro llamado “la teoría del espacio alterno”, entendía muchísimas cosas de ese libro, pero había otras donde simplemente no comprendía, el párrafo que leía era uno de esos dificultosos que parecen no tener sentido. Se coloco la mano en la cabeza y paso para atrás sus bellos cabellos color miel.

-¿Qué ocurre?- escucho una decir a una voz, se volteo para descubrir que era Aioros

- me temo que este tema es muy complicado para mi- suspiro ella

- ¿para ti? O debe ser algo colosal entonces- comento el santo- pero ¿de que se trata?

- “la teoría del espacio alterno”- dijo acercándose un poco al chico de cabellera castaña.

- O vamos eso no es tan complejo, si gustas yo te puedo explicar- le propuso Aioros

-¿de verdad harías eso?- lo miro ilusionada, Aioros no pudo resistirse a sus bellos ojos así que asistió y comenzó a explicar.

- muchas gracias- agradeció Polimnia cuando termino la explicación- sin ti no hubiera entendido nada.

- No fue nada,- dijo sagitario- es un placer ayudarte

- Para mi lo ha sido- dijo ella- Muchas gracias- se acerco a su mejilla y le planteo un inocente beso, ambos se sonrojaron levemente.

- ¿Eso por que fue?- pregunto apenado Aioros

- por ayudarme – dijo ella disimulando que también se había afrentado

El no se creyó del todo eso, pero prefirió dejarlo así por el momento.

Kanon estaba de camino a la casa de géminis, regresaba después de una reprimenda terrible, lo peor de todo era que ni siquiera le habían dicho su castigo, lo único que le dijeron es que alguien se presentaría para dárselo.

Al llegar a su casa encontró una nota, era de Saga decía: “Salí a buscar a Euterpe volveré apenas pueda”, era el colmo, además de que tuvo que déjalo en la cámara del patriarca ahora por una misteriosa razón había ido en busca de esa la chica.

- “mal día, no hay duda”- pensó pronto se percato de otra presencia , volteo a ver, era Urania la que le había provocado las tormentosas ocasiones, tenia la intención de lanzarse al ataque cuando recordó las palabras de Shion.- ¿ que haces aquí? – pregunto en tono grosero.

- Aquí es donde duermo ¿recuerdas?- pregunto burlona

- ¿Cómo te atreves a mostrarme la cara luego de lo que mi hiciste pasar?- pregunto el segundo guardián de géminis mostrándole el puño.

- Te recuerdo que no fui yo quien soltó su ataque- contesto el de forma desafiantey una mirada sínica

Kanon la miro con odio y rencor, nunca pensó que alguien podría ser tan orgullosa, ¿es que no recordaba que ella fue quien quiso contraatacar?

- Ya me han castigado por lo sucedido- prosiguió la mujer- y me han dicho que tengo que permanecer contigo por el resto de la estancia en el santuario- esto ultimo lo dijo con un disgusto tal que ofendió a Kanon.

- ¡No quiero lidiar con una mocosa como tu!- le dijo apunto de lastimarla

- ¿Y crees que yo quiero?- contesto la musa de los astros- ¡no soporto este castigo! ¡estoy harta de ti!

Urania salió de la presencia de Kanon quien estaba ardiendo por la furia, inclusive destrozo un florero que estaba encima de una mesa.

Saga había encontrado hacia tiempo a Euterpe, ella en un principio quiso evitar a ese hombre que siempre la ponía nerviosa, aun más que todos los demás, pero este no iba a dejar que las cosas estuvieran mal entre el y la dulce musa.

- ¿Qué ocurre?- se atrevió a preguntar

- Nada…- le respondió ella en un tono muy falso

- No eres buena mintiendo, se sincera conmigo

- Perdona, es que tu… me pones algo nerviosa

Saga se quedo perplejo ante tal forma de abrirse, siempre pensó que ella no era de la clase de personas que tenían momentos de plenitud pero siempre se encerraban de nuevo, como capullos indecisos a abrir

-Perdona que te ponga así- se disculpo cortésmente el caballero- nunca quise incomodarte.

Euterpe quiso mirarlo de nuevo, pero este la forzó a mirarlo a los ojos

- ¿esta todo bien ahora?- pregunto admirando esos bellos ojos que había hecho que lo vieran

- Si, gracias- respondió ella, el cuerpo le vibraba, no sabia porque.

Terpsícore se estaba cerca de la casa de sagitario cuando se encontró con Talía, quien se dirigía a la casa de capricornio.

- Valla que gusto encontrarte- dijo Talía- ¿vas a ir a “jugar” con el patriarca?

- ¡¿Qué?!- grito roja la musa de la danza

- tranquila es una broma- dijo entre risas la de la comedia

- ¡no me hagas esas bromas!

- Es solo que me encanta la expresión que pones, mírate pareces una manzana

- Pues de que es divertida lo es,- respondió la guerrera- pero ¡no lo vuelvas a hacer!

- Tranquila, no me mates

Las musas se hicieron compañía hasta llegar a la casa de capricornio donde Shura esperaba a Talía

- ¿Qué ocurrió?- pregunto este

- Nada- respondió esta sonriéndole pícaramente

- Veo que te divertiste mucho con tu amiga

- las bromitas entre amigas a veces no paran, mas cuando se tratan de la amiga-dijo riendo para si.

Terpsícore había dejado a su amiga en capricornio pero la pregunta que se le había hecho, la había dejado algo pensativa, no mucho puesto que se olvido del asunto apenas llego a la cámara del patriarca y se encontró con el atendiendo unas cosas no quiso molestarlo así que se sentó a leer en el marco de una ventana, sin darse cuanta la atmosfera se torno mas relajada, ella se quedo profundamente dormida, eso no era nada común en ella, siempre era muy enérgica.

Shion se dirigía a ver a Mnemosine cuando miro a Terpsícore descansando, no creía que las fuerzas de esa chica se terminaran, se acerco a ella y la cargo hasta la habitación recostándola para que durmiera mejor, una sonrisa apareció en el rostro de Shion cuando hubo terminado la labor.

La charla con su amiga retraso a Melpómene quien corría asía acuario para poder comer, el hambre la estaba matando y mas la idea que se le cruzaba por la mente, no estría sola y tendría que intentar convivir con todos aquí, se lo había prometido a su amiga y a si misma.

Llego a acuario lista para descansar, no noto la presencia del santo dorado que la esperaba desde hacia tiempo con la comida

- Llegas tarde- le dijo por saludo este, en un tono frio

- No sabia que me esperabas- le respondió esta en un tono idéntico, pasando su mechon corto asía atrás

- -La comida esta lista, siéntate- dijo sacándole la silla para que se siente.

La comida fue larga, incluso al principio callada, pero luego Melpómene y Camus empezaron a hablar:

- Este lugar es lindo- comento la musa tratando de romper el hielo por su promesa

- ¿lo crees?- pregunto fríamente el caballero de lo hielos

- Si, me recuerda un poco al templo de las memorias

- ¿Extrañas tu hogar?

- No, aquí están mis amigas y ¿tu?

- Pues yo no siento melancolía

Era bueno pensar que los fríos guerreros empezaran a llevarse aunque sea un poco, querían que siguiera así, ya verían si el tiempo se los permitirían.


Shaka estaba extrañamente preocupado ¿Cómo era eso posible? Calíope aun no regresaba, el apenas y tenia idea de cómo arreglar las cosas con la musa de la poesía épica.

Calíope llego tarde, no había almorzado, ni siquiera le dirigió la palabra a la reencarnación de Buda solo se alejo de el, seguía molesta por lo que había ocurrido en la mañana.

- Escucha,- dijo el acercándose a la mujer cuyo cosmos aun percibía furioso - no quise ofenderte en la mañana,- siguió con voz serena- simplemente te escuche cantar, me parecía una canción muy bella- Calíope no dijo nada Shaka supuso que esto podría pasar, debia de aver alguna razon por la cual ella se hubiera enojado tanto ¿A caso seria que su canto significaba algo?- ven quiero mostrarte algo- dijo tomándola del brazo y llevándola a la sala gemela de virgo, para mostrarle los hermosos arboles de flores que ahí estaban.

- No tenias que traerme aquí- dijo la musa, Shaka sintió otra vez calma en su cosmos- a mí me bastaba con la disculpa- dijo con una sonrrisa- Era verdad, durante un momento Shaka no había podido sentir una diferencia en su cosmos- pero, bueno deja agradecerte que me hallas dejado ver este lugar ¿Qué puedo hacer por ti?- la hacia feliz el pensar que el había hecho algo para estar bien con ella

Shaka pensó un momento, no deseaba mucho en ese momento.

- No se- reflexiono un momento y al fin dio con algo- ¿cantarías algo?

Calíope se sorprendió, entre todas las cosas que pudo pedirle pidió justamente esa. Era extraño.

- Esta bien pero ¿que te gustaría que cante?

- Lo que tu gustes

- De acuerdo- la musa tomo aire, coloco una de sus manos en su cuello y empezó la melodía, era diferente a la que había cantado en la mañana, era mas dulce, no mas rápida, pero a Shaka le agradaba mucho, durante ese periodo el experimento mucha mas paz de la que había sentido.- espero que te haya agradado, se que no es la canción de la mañana pero…

- No tiene importancia, suena igual de bella.- le respondió el caballero mas cercano a dios de pie.



Clío se preparaba para su cita con Milo, el caballero estaba impaciente por llévasela y ella, ni se diga, siempre tenia pretendientes pero ninguno se comparaba con el fornido caballero de escorpión.

- ¿estas lisa preciosa?- pregunto el chico de cabellos azules

- Si – respondió la musa de los ojos zafiro terminando de cepillar sus rubios cabellos, llevaba un vestido negro, de noche, muy hermoso.

- Te ves hermosa- le dijo sonriendo, ella en respuesta se sonrojo, tomo su mano y se la llevo del santuario. Salieron a un fino lugar, de procedencia italiana todo estaba saliendo bien, el seductor Milo estaba en acción.

- Un Martini por favor- dijo este al mesero, la musa se empalideció

- Milo ¡no!- le señalo cuando el mesero se marcho- el alcohol mata

- Solo en exceso preciosa- le dijo tomando su mano.

- No, no , no por favor no lo hagas!

- Solo una copita- dijo en tono tranquilizador

- ¡Por favor!

- De acuerdo, lo hare por ti- Milo, sabia que con eso se había ganado a la guerrera de la historia.

Luego de la cena ambos regresaron al santuario entre risas y antes de dejarla en su habitación Milo beso a Clío

-eso fue tan hermoso- le respondió cuando el caballero paro luego ella fue quien se atasco en los labios de su amor.





Continuará…

jejej gracias a todas por leer perdon que no les agradeci arriba U.U bueno Yuna no fue a un motel xD pero que tal si...
bueno y Rikku gracias por ser mi fan n.n las quiero chicas